En estos días de agosto ¿veraniegos? uno no deja de atormentarse y no por las lluvias y el mal tiempo precisamente. Nos levantábamos hace un par de días con la noticia que el señor Celestino Corbacho, alcalde de L’Hospitalet de Llobregat y presidente de la Diputación de Barcelona, cobra unos 230.000 euros anuales sumando el montante de los dos sueldos que recibe por ambos cargos… ¿se pueden cobrar dos sueldos de la administración pública?, dios mío, no lo sabía, decía mi mujer que ni tan siquiera había escuchado la cantidad total que se “embutxacava” nuestro político “socialista”. Días antes constataba que la primera acción de gobierno de nuestra flamante alcaldesa del Psc en pacto con el Pp de Sant Vicenç dels Horts consistió en subirse el sueldo un 49’6% hasta alcanzar la nada despreciable cifra de 9 millones de las antiguas pesetas anuales subiendo los demás sueldos de cargos políticos entre un 37% y un 72% y cambiando, además, el horario de los plenos de las 19.00 a las 13.00 horas para evitar la concurrencia habitual de los mismos. Esto es democracia y transparencia y esto es ser socialista y de izquierdas… Pero esto es tan solo la punta el iceberg de una clase política que hace mucho tiempo que ha dado la espalda al ciudadano y al ideal de ciudadanía y que aquí en Cataluña se piensa que somos tan tontos que vamos a seguir creyendo que la culpa es toda de “Madrit”, y es que mientras Cataluña entera ha sufrido un caos brutal este verano (y lo que nos queda), nuestros políticos son los mejores pagados y con diferencia de toda España, ¿también tiene la culpa “Madrit” de esto?¿y de que me den hora de aquí a 3 meses para el especialista también, teniendo las competencias en sanidad traspasadas desde hace tanto tiempo?
Ha llegado la hora del ciudadano, ha llegado la hora de que la política deje de ser una profesión para convertirse en un servicio público que las personas en libertad, por convicción y para hacer un servicio a la comunidad realizan durante un tiempo limitado de sus vidas. Ha llegado el momento de que cada cual asuma sus responsabilidades y no se mire siempre a un enemigo exterior ficticio. La revolución pacífica del ciudadano está aquí, tiempo al tiempo…
Ha llegado la hora del ciudadano, ha llegado la hora de que la política deje de ser una profesión para convertirse en un servicio público que las personas en libertad, por convicción y para hacer un servicio a la comunidad realizan durante un tiempo limitado de sus vidas. Ha llegado el momento de que cada cual asuma sus responsabilidades y no se mire siempre a un enemigo exterior ficticio. La revolución pacífica del ciudadano está aquí, tiempo al tiempo…
3 comentarios:
Un saludo Daniel: hoy me he enterado que tienes blog: te pongo en favoritos e iré siguiendote.
Un abrazo.
Lo peor de todo esto es que los ciudadanos toman estos casos como algo ya cotidiano.
Saludos desde "Madrit"
El Rànking dels sous de Presidents autonòmics
El Rànking dels alcaldes més ben pagats
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