miércoles, 2 de mayo de 2007

Día de Europa

UNA EUROPA PARA LA CIUDADANÍA

Hoy, 9 de mayo, se celebra el LVII aniversario de la llamada Declaración Schuman, con la que el ministro francés de Asuntos Exteriores, Robert Schuman, esbozó un primer proyecto de construcción europea a partir de la propuesta de constitución de un mercado común franco-alemán, aunque posteriormente extensible a otros países, para el carbón y el acero. Esa primera propuesta se concretaría en la Comunidad Europea del Carbón y el Acero (CECA) que daría paso a la Comunidad Económica Europea (CEE), y a la actual Unión Europea. Hoy se conmemoran, por tanto, los primeros pasos de la integración europea. Una integración acelerada, entre otras razones, por la voluntad de erradicar las suspicacias, los odios y el enfrentamiento entre naciones que habían marcado la historia europea, y de superar así las condiciones de desconfianza y beligerancia que habían alimentado las dos guerras mundiales del siglo. Es, por tanto, una Europa que se construye desde un principio para la paz y contra la confrontación de sus ciudadanos. A lo largo de estos 57 años, la construcción europea ha experimentado numerosos avances y algunos retrocesos, pero la aspiración primera que dio aliento al esfuerzo se ha reforzado de una manera indudable. Europa no es hoy ya sólo una garantía de paz para las naciones que la integran, sino un marco de progreso compartido y, pese a las dificultades, un marco de ciudadanía global cada vez más sólido. Europa nos muestra, mas allá de las vicisitudes de sus instituciones y las vacilaciones de los líderes políticos, que es posible ser más europeo sin dejar de ser español, francés, alemán o griego. Europa nos enseña que la unidad de los diversos nos hace más fuertes a todos, como europeos, y más fuertes y más libres a cada uno de nosotros, como ciudadanos. Ciutadans es un partido netamente europeísta, por su origen, por su vocación y por coherencia con nuestro propio discurso. Desde la fundación, hace cerca de un año, hemos reivindicado como propio el legado de las mejores tradiciones políticas europeas, el socialismo democrático y el liberalismo progresista. La centralidad de nuestro compromiso con la regeneración democrática, con la ciudadanía, con los derechos y las libertades cívicas, políticas y sociales de los ciudadanos, nos lleva irremisiblemente a defender una Europa pensada como antídoto contra los delirios identitarios y que construye su identidad sobre, y no contra, las identidades previas de cada uno de sus ciudadanos. Una Europa para la ciudadanía, donde cualquier persona tenga las mismas oportunidades para desarrollar su proyecto de vida independientemente de donde viva. Una Europa tanto más fuerte cuanto más eficaz sea en la calidad de los derechos y la extensión de las libertades que garantice a sus ciudadanos. Una Europa, en fin, que cristaliza las aspiraciones, el espíritu y los principios de nuestro proyecto político. La celebración del Día de Europa es un buen momento para plantearnos hacia qué Europa vamos y en qué se parece a la Europa que queremos. Y hoy constatamos que buena parte de los problemas que han motivado la aparición de Ciutadans en la escena política catalana y española tienen también su correlato en el marco europeo, en forma de amenazas y riesgos para el proyecto comunitario. El proceso de construcción institucional de la Unión Europea, lastrado por una burocracia peligrosamente endogámica, se halla hoy encallado en los escollos de una Constitución cuyo fracaso en diversos países es una muestra más de la creciente lejanía entre la clase política, también la comunitaria, y la ciudadanía de los países europeos. La ambición y el liderazgo europeo de anteriores generaciones de políticos ha dado paso a un repliegue nacionalista, a una visión pequeña y conservadora, casi mezquina, por parte de unos dirigentes políticos que vuelven a confrontar el interés nacional con el interés comunitario, sin entender que el interés de los ciudadanos, su defensa eficaz y la garantía de su progreso pasa por la unión en una Europa fuerte, y no por la tensa conllevancia en una Europa fragmentada. Frente a la Europa de los burócratas y la Europa de los pueblos con los que unos y otros amenazan, Ciutadans reivindica hoy y siempre una Europa unida, justa, social y democrática que puedan hacer suya, sin más intermediarios ni intérpretes de los necesarios, todos sus ciudadanos. Es un proyecto ambicioso que requiere un compromiso firme y activo, para el que es necesario tejer complicidades y vínculos entre proyectos afines a lo largo y ancho del continente, dispuestos a afrontar retos que son ya de alcance global. Pero es el proyecto de unificación política que ya fue pensado para dejar atrás el pasado, y que debe seguir mirando al futuro y al progreso para avanzar en la senda de paz, concordia, justicia y ciudadanía que fue alumbrada, como una promesa, hace más de medio siglo.

C's09 maig 2007

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